Volcanes

Parque Nacional El Boquerón

Si deseas encontrar una ruta turística que combine ecología y adrenalina, acérquese al Parque El Boquerón. Está ubicado a 20 minutos de la capital, sobre el volcán de San Salvador.

Si necesita tener un respiro en las afueras del bullicio, podrá disfrutar de un favorable clima a más de mil 700 metros de altitud.

Este hermoso parque se sitúa en el cráter del volcán de San Salvador, que está dentro de la cordillera volcánica del departamento de La Libertad. Este increíble lugar tiene 1.6 kilómetros de diámetro y 558 metros de profundidad, hasta llegar al segundo cráter del fondo.



El parque ofrece una caminata a través de senderos demarcados donde se puede apreciar  la belleza de la flora cultivada en el lugar que armonizan con los bosques de pinos que escenifican impresionantes vistas del cráter. Entre las especies de flora identificadas se encuentran plantas ornamentales como cartuchos, hortensias, antorchas, begonias y sultanas silvestres. Así mismo encuentra la fauna como armadillos, mapaches, venados, zorras, entre otras.

Puede solicitar la compañía de guías especializados, como la Policía de Turismo (POLITUR), para hacer descensos hasta llegar al conocido “Boqueroncito”, al fondo del cráter.  Desde ahí se observa el “Picacho”, el punto más alto del volcán y punto de llegada de las rutas de ciclismo de montaña.



Asimismo, en la carretera hacia el parque se encuentran numerosos miradores y restaurantes con impresionantes vistas de San Salvador.

Vale destacar que en El Boquerón se dio una potente erupción volcánica que destruyó municipios como San Salvador, Nejapa, Quezaltepeque y otras ciudades en 1917, cuando expulsó grandes cantidades de lava que aún pueden observarse en el sitio conocido como El Playón, en las afueras de la ciudad.

Más información
Abierto al público de 8:00 a.m a 5:00 p.m. de lunes a domingo

Tarifas
Adultos y adultos mayores de 8 años $1.00 USD
Pago de automóviles: $1.00 USD
Buses y microbuses: $3.00 USD
Menores de 8 años y adultos de la tercera edad: GRATIS



Volcán de Izalco

En náhuatl significa “Lugar de las casas de obsidiana”. De acuerdo a la versión izalqueña, significa: lugar de sacerdotes o de hombres sabios que curan. Durante la colonia este municipio llegó a tener dos parroquias, ya que socialmente estaba dividido. En Dolores Izalco (arriba) se concentraba la población criolla y ladina; y en Asunción Izalco (abajo) se concentraba la población indígena. Para mediados del siglo pasado, ambas localidades se habían fundido en una sola.

La Iglesia de Dolores fue construida antes de 1570, diversos terremotos le han causado daño, sin embargo, aún conserva los campanarios con el mismo estilo de decoración, coronados también por una cúpula y una cruz.



La iglesia Asunción, data del siglo XVI, fue destruida por el terremoto de Santa Marta en 1773, sus ruinas aún continúan en pie,  a la par fue construida otra iglesia con estilo colonial.

Izalco es el único municipio del país  que cuenta con 2 Alcaldías, la Municipal y la de la Comuna, esta última atesora el legado de una comunidad indígena  latente, a partir de esta se le da vida a todas y cada una de las 32 cofradías que el municipio celebra todos los años.

El Faro del Pacífico
Ubicado a 8 km. de Izalco y con una altura de 1,885 mts. forma parte del Complejo de los Volcanes, junto con el Cerro Verde y el volcán Ilamatepec (Santa Ana).

Según la versión popular se originó en  1770. Sin embargo, el historiador Jorge Lardé y Larín indica que sus orígenes se remontan al 19 de marzo de 1722 cuando se formó “un nuevo cráter por donde vomitó fuego, lava y cenizas”, el cual hizo una importante erupción en 1745. Sus flamas se veían hasta el océano, incluso algunos barcos lo aprovecharon como guía para llegar al Puerto de Acajutla, ganándose el sobrenombre de “Faro del Pacífico”.



Erupcionó casi sin cesar por 196 años,  su actividad era tal que se formó un cono de 650 mts. sobre la llanura vecinal (1,952 msnm), con un cráter de 250 mts. de diámetro.

En 1966 se registró su última erupción, desde entonces se ha notado una disminución gradual en actividad y temperatura de sus fumarolas. Es escenario de diversidad de hábitats naturales: bosques nebulosos, páramo de altura, vegetación sobre lava, lavas desnudas y las lagunas sulfurosas; así como hábitat perturbados, la mayoría característicos de las tierras altas de la región norte de Centroamérica.


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